Ecuador limita al norte con Colombia, al sur y al oriente con Perú y al occidente con el océano Pacífico. El país tiene una extensión de 256.370 km² y una población de más de 14 millones de personas.
| Almuerzo corriente ó ejecutivo | US$2 - 3 |
| Gasolina x galón | $ 1,54 |
| Hospedaje x Noche | $5- 7 |
| Un dolár de USA = | $1,807.86 |
Salimos de Pasto en la mañana con rumbo a la frontera, pero antes teníamos que hacer una parada estratégica en el santuario Las Lajas, Una construcción católica del S.XVIII y estilo gótico ubicada cerca a Ipiales sobre el cañón del rio Guatira, que nos evoca el ostentoso poder de la religión y sus ganas de demostrar el aplastamiento sobre culturas ancestrales, imponente edificación gris en medio del verde que es de todos los colores.
Bienvenidos a Ecuador, indica el letrero de la frontera, miramos para atrás y con un poco de nostalgia le decimos hasta pronto a la Raíz, a Locombia, seguimos pa’lante, hacer el papeleo y a almorzar en la hermana república, el ají continúa su andar por el sur, carreteras en muy buen estado y paisajes cubiertos por hermosos tapetes agrícolas nos guían a Ibarra donde decidimos pasar la noche, en la madrugada escuchamos la puerta del cuarto, Mao se levanta y con los ojos medio cerrados le abre la puerta a dos policías que nos solicitan los documentos y lanzan varias preguntas, al parecer son muy precavidos con los colombianos que entran en su país, salimos hacia Quito sin mucha prisa ya que Tatiana nos esperaba a las 6 de la tarde para llevarnos a su hogar, así que pensamos en parar en Otavalo y conocer un poco, pero bueno, la suerte no está contada y la rueda delantera del ají empezó a sonar extraño, estaba a punto de salirse, y después de buscar por mucho tiempo un lugar donde pudiéramos revisarlo dimos con un mecánico que descubrió un tornillo suelto, ahora si era tarde, directo a Quitof, otavalo y Cotacachi a esperar, en la noche llegamos a la capitalf, nos alojamos donde dos mujeres hermosas y una pareja canina que permitieron el compartir y hacer de su casa nuestro centro de operaciones y de grandes encuentros, desde nuestro sentir rodante, Gracias Taty y Vicky.
Durante nuestra estadía fueron apareciendo personajes que han marcado este destino Sureño, Paul quien con sus relatos, anécdotas y ocurrencias nos llevó hacia la histórica Quito y con su risa empacada en la cajita de los regalos, se volvió cómplice de Con Voz al Sur. El trabajo siempre es una posibilidad de acercarse a la gente y su re-accionar, así que después de instalarnos hablamos con Kalindy, una vieja amiga que se confabula con las realidades oníricas de una vida mejor, la chika muy pendiente, organizó una reunión con varios combos que le apuestan a la comunicación, ahí fue donde conocimos a los y las apasionad@s de Radialistas, un parche creador que con su trabajo a través del tiempo ha logrado impactar en las pasiones de miles de latinoamericanos, a Salud Mujer y la fuerza de su lucha por el derecho a decidir, a Pro DH con su accionar para reaccionar a la hora de defender nuestros derechos por ser humanos, a la Barricada y sus encuentros en las acciones callejeras que logra resonar en los habitantes capitalinos, a Diabluma con su pukara pensante y andante, y a Transistor, que en su quehacer aprenden a insistir, resistir y persistir, a ellos les agradecemos el acompañarnos a conocer y registrar la ciudad, hicimos un recorrido que tuvo por encuentro la plaza Foche el casi único lugar de rumba en Quitof, de ahí los seguimos hacia el sur de la ciudad; casi siempre en las ciudades se crea una frontera de clases sociales, el sur de quito como el de Bogotá son los espacios donde habitan las gentes con menor suerte, gentes que desde abajo activan la economía, y que construyen sus casas coloridas en las montañas, en la periferia; Transistor nos invitó a conocer uno de los mercados del sur, estos espacios son especiales, allí se puede descubrir la tradición de un pueblo, pero todo tiene su tiempo y casi eran las 4 de la tarde, estábamos cerca de la hora del pico y placa así que decidimos partir al centro histórico de Quito para parquear el carro y captar las imágenes, pasamos por las calles angostas a eso de las 4:10 pm con tan mala suerte que nos topamos con un no muy amable policía de tránsito, que dejó inmovilizado su carro por 2 días más el pago de la multa de reincidente, finalmente no hicimos la proyección para la vaca de la multa, gracias rodantes a tod@s por compartir con nosotros sus formas de construir el mundo que queremos.
El fin de semana y sin mucho trabajo nos encontramos con Carlitos un viejo amigo colombiano y decidimos junto con Viky y Diana devolvernos en el viaje, estaba pendiente Otavalo y Cotacachi, allí conocimos la historia a través de la artesanía y nos encontramos con el primer volcán en Ecuador, Cotacachi, y su caldera volcánica Cuicocha, la laguna de los dioses que está ubicada a 120km de Quito hacia el norte, a una altitud de 3068 m.s.n.m, allí compartimos con la naturaleza activa y con algunos indígenas otavaleños al son del toque musical, indígenas que por cierto no creían que pudiéramos viajar por el sur con el ají, así que les propusimos un trueque, el ají por su poderosa Hi Lux, trueque que no quisieron aceptar, menos mal porque el ají alberga su gran poder.
Una de las noches quiteñas programamos la proyección de cortos y el estreno de “EnlunadA TamboreA” la danza experimental con la que cargamos al hombro; el parque de Guapulo fue el escenario de esta jornada que terminó con Trapiche Blues, la propuesta musical de Carlos y Julio, gracias chicos por los espacios compartidos, extendemos este agradecimiento a Dianita y a su fraterna familia que lucha desde el corazón.
Con muchas más historias en nuestra memoria, salimos de Quito e iniciamos una mutua atracción con las verdes montañas que en contraste con el desfile colorido de los trajes recuerdan la diversidad cultural y la fortuna de ser diferentes, llegamos al parque nacional Cotopaxi, Cuello de Luna en quechua, la entrada nos costó US$2, el día estaba brillante y gracias al cielo despejado vimos de cerca la nieve que cubre el volcán, la meta ahora era tocarla, y como fiel compañero el picante ají nos subió a 3900m.s.n.m, último punto de carretera, de ahí a caminar aproximadamente una hora hasta el refugio ubicado a 4800 m.s.n.m, Mao muy atrevido se cargó la bicicleta al hombro con la intención de hacer el descenso, y mientras subíamos, la neblina y la temperatura bajaba, en el refugio tomamos un chocolate caliente y a deslizarnos por la tantas veces inimaginada nieve, allí nos recargamos con el frío intenso del Cuello de luna, Mao logró un buen descenso a pesar de haberse topado con uno que otro obstáculo, por fortuna el cielo volvió a despejarse, despidiéndose el Cotopaxi con un bello atardecer que nos transmitió la calma y calidez.
Carretera tras carretera, llegamos a Baños de Ambato, el punto rojo en Suramérica con su garganta de fuego, regado por muchas fuentes de agua, montañas y vida para los deportes extremos. Allí seguimos encontrando seres increíbles en el camino, a la llegada, y como un ángel viajero, apareció el Catcho quien con su conexión y conocimiento del lugar, nos llevó a explorar con mucho detalle las cosas que ofrece Baños. En el recorrido y hablando acerca de nuestro interés por conocer procesos que avancen en la defensa del agua, conocimos a Alcides y Marcelo, un par de luchadores por la vida digna y el buen manejo del líquido vital, Baños es el lugar donde abunda el agua y la gente se muere de sed, la construcción de una hidroeléctrica dejó seca a la montaña y con esto sin techo y sin trabajo a muchas gentes. A la comunidad, y a Alcides especialmente, agradecemos junto con sus dos valientes y asendosos hijos por su labor y por la calidez de su casa durante nuestra estadía. En esta ruta conocimos a Graciela y su compañero de vida, una bella pareja soñadora con la que esperamos seguir compartiendo en su tierrita, la Argentina, a José, que nos puso a volar el espíritu y combatir nuestros miedos tras el salto en el puente del rio blanco. Este paso por Baños, estuvo inundado de risas y agradecimientos a la vida por atravesar en este camino al sur, a gente que explota puro amor y luz tan candente como lo sentimos al ver el Tungurahua que nos deslumbró y compartió una noche de su Fuego profundo, entendiendo el por qué lo llamaron garganta de fuego “Tunguragua” en quechua.
Así continuamos el camino hacia Montañita, una playa muy visitada por sus olas para surfing y las rumbas sin límites. Este lugar fue propicio para hacer algo de dinero, pues vendimos artesanías, hamburguesas de lenteja, sándwiches de pollo y brownies, se disfrutó del mar, poca rumba y muuucho compartir con el parche de artesanos de la temporada, se armó una pequeña comuna suramericana con quien compartimos músicas, video, pizza y hasta danza tradicional. Un agradecimiento a Ximena Roca, a quien en pocos días se le sintió muy cerca, a Santiago nuestro cómplice vecino, al tan recordado 4 pies, a Eskiol el cubano buenon, al heladero argentino por sus pruebas gratis y al resto de compañer@s.
Para finalizar nuestro recorrido por el Ecuador, viajamos a Cuenca donde la gente habla cantadito a lo mexicano, una ciudad uniforme, organizada y bonita, nos recordó una canción de Víctor Jara, “Las Casitas del Barrio Alto”. Después de un largo viaje nos recibió Paula con una vista de 360 grados para recargar energías, a ella le agradecemos por abrirnos las puertas de su casa, por invitarnos a saborear los tamales y las humitas y por presentarnos a sus amigos que se caracterizan por su particular humor y su disposición a vivir la histórica ciudad, en donde se respira un pasado con aires de curuchupas y gamonales. La provincia del Azuay resguarda grandes cantidades de agua, así que fuimos a caminar al parque nacional Cajas, la entrada US$2, este extenso lugar alberga cerca de 233 lagunas, y se puede conocer a través de múltiples recorridos, en realidad siempre falta tiempo para explorar un espacio.
En búsqueda de la organización del próximo Encuentro Continental por la Defensa del Agua y la Pachamama, conocimos a don Lauro, don Pepe y la comunidad de la parroquia Victoria del Portete, del canton Cuenca, de la provincia de Azuay. Con ellos conocimos el paramo de Quimsacocha, tres lagunas en Quechua, donde la I’am Gold, una minera canadiense, quiere extraer el oro y a la que la comunidad le dice No, por el gran impacto ambiental y social que un proyecto de este alcance no puede evitar, a esta comunidad nuestros agradecimientos por brindarnos estadía en la casa del pueblo y su disposición a unir fuerzas para la defensa de nuestra tierra.
Aprovechando el agradable río que atraviesa la ciudad, hicimos un pic-nic para despedimos de Ecuador, y al salir del lugar hemos dado la vuelta incorrecta donde nos topamos con Dragon Tatto, la decisión ya había sido tomada, con buen precio, el Pancho nos acolitó la tatuada del logo de con Voz al Sur y con el mapa a nuestras espaldas nos despedimos del Ecuadoch, el grande, diverso y bien aventurado Ecuador. Gracias gentes. Siguiente destino Perú.




